Leopoldo Alas “Clarín” y Manuel del Palacio
Leopoldo Alas “Clarín”, que tenía fama de ser un crítico implacable, aseguró en uno de sus “paliques” que en España había dos poetas y medio: Gaspar Núñez de Arce, Ramón de Campoamor y el medio poeta era Manuel del Palacio. A Manuel del Palacio le molestó tanto que respondió a “Clarín” con un poema en tercetos que leyó pausadamente en El Ateneo de Madrid ante un nutrido número de escritores y otras personalidades de la época como el maragato Cordero, que siempre fue uno de sus más fieles amigos y uno de sus benefactores. Tras esa inicial puesta en escena “Clarín” volvió a la carga con un pasquín titulado “A 0,50 poeta” también escrito en tercetos que portaban más virulencia y sarcasmo que los de su contrincante. Manuel del Palacio publicó, a los pocos días, otro folleto mucho más contundente y ofensivo que, en este caso, tituló “CLARÍN Entre dos platos”. A partir de ahí “Clarín” abandonó los folletos y publicó en “Madrid Cómico” dos artículos seguidos que tituló “Empanada poética” dirigidos de nuevo a Manuel del Palacio, que volvió a responder en poco más de una semana con otros dos sonetos punzantes que se titularon “A Clarín, para su corona poética”. Leopoldo Alas “Clarín” respondió con otro soneto y con dos artículos hirientes que tituló “El último atún y El Libro Verde”. La mediación del periodista Sinesio Delgado puso fin a una reyerta que se había enquistado y que parecía que nunca iba a concluir. “Clarín”, entre otras cosas, había dicho en sus artículos que Manuel del Palacio escribía versos de circunstancias y generalmente excesivos. Le acusó de ser patriotero en determinadas ocasiones y por puro interés y de otras muchas cosas que a Manuel del Palacio no le gustaron nada. Cuestionó con crueldad su talento y su calidad literaria. Lo criticó con desdén y abundó sobre la fragilidad y la ligereza de su poesía. Calificó sus sonetos de muy superficiales. Dijo, en varias ocasiones, que la poesía de Manuel del Palacio jamás trascendería, la tildó de ligera y su humor literario de ser simple en extremo. Aseguró también que sus versos procedían de ocurrencias, de imitar a otros poetas, de anécdotas sin importancia a las que les faltaba la pátina que se necesita para que las cosas perduren en el tiempo. Leopoldo Alas “Clarín” volvió un tiempo después a insistir en la crítica dura contra Manuel del Palacio y esta vez lo hizo atacando a “Las Chispas” que a modo de glosas breves dedicó a la actualidad de finales del siglo XIX y que publicó los lunes en “El Imparcial” entre 1890 y 1900.
Muchos otros autores que fueron tratados de igual modo se pusieron del lado de Manuel del Palacio y escribieron textos contra “Clarín”.
Leopoldo Alas “Clarín” publicó artículos en periódicos como “El Solfeo”, “La Época”, “Madrid Cómico” o “Madrid Político”: estas dos últimas publicaciones estuvieron dirigidas por el periodista y autor teatral Sinesio Delgado.
Clarín arremetió con virulencia contra los que considera escritores de segunda fila, argumentando con dureza, diciendo que la suya era una crítica “policiaca o higiénica”. Pero además de los escritores mediocres le molestaban los lectores que los consideran buenos y los jaleaban. Con sus críticas pretendía, simplemente, poner las cosas claras. Sin embargo, en ocasiones arremetió contra buenos escritores. Arremetió duramente contra Emilia Pardo Bazán. La criticó en muchos de sus artículos. También arremetió contra Valera a pesar de haber reconocido que era el mejor prosista de su tiempo. Pero señaló que su estilo era inadecuado para las novelas.
Manuel del Palacio (Lérida, 1831 – Madrid, 1906) figura entre las cien mejores poesías líricas de la lengua castellana seleccionadas por Menéndez Pelayo. Su obra es irónica, satírica y festiva. Fundó el periódico “Gil Blas” y también escribió artículos en otros periódicos y revistas del siglo XIX. Fue autor de teatro e incluso de zarzuelas. Fue Académico de la Lengua Española.