Entrevista

La obsesión por adelgazar

Itizar Digón

Itizar Digón, psicóloga experta en alimentación nos habla sobre un tema que a quien mas y a quien menos le preocupa,  la pérdida de peso. Y lo hace poniendo en valor la necesidad de un cambio en la conducta alimentaria y el papel de la suplementación para lograr este objetivo.

¿Intestino y cerebro se comunican?

Si efectivamente, lo hacen  a través del eje intestino cerebro en el que  participan señales químicas que conectan estos órganos. Los principales canales de comunicación serán el nervio vago, que es como una autopista, y por cierto, nada vago a pesar de su nombre, que comunica directamente el cerebro con el aparato digestivo.

El segundo cerebro con el que contamos es el  sistema nervioso entérico y vías químicas como los neurotransmisores hormonales.

Es importante manejar el tipo de mensajes con los que nos hablamos, con los que nos dirigimos al cuerpo para influir en el estado de la macrobiota porque cuando está sana y equilibrada enviara mensajes sanos y equilibrados al cerebro.

¿Guarda relación una nutrición correcta con el bienestar general?

La nutrición es fundamental siempre y cuando ofrezca nutrientes que “le gusten” a esa macrobiota, como por ejemplo: la fibra alimentaria, los antioxidantes, los ácidos grasos Omega 3, los beta carotenos oct.

¿Cómo ayuda la psicología a seguir unas pautas alimentarias?

El campo de la psicología es fundamental a la hora de seguir dichas pautas alimentarias, porque comer va mucho más allá de lo meramente biológico.

Implica lo social, los comportamientos aprendidos en la infancia, el contexto social en el que se ha crecido, las experiencias vividas con la comida, y pensamientos, y emociones que se tienen con y por ella.

Por eso a la psicología le hace falta conocer cuáles son los patrones alimentarios del paciente, los detonantes emocionales que le llevan a comer para definir las pautas alimentarias con las que se siente coherente y tranquilo.

Los excesivos kilos, es decir, el sobrepeso, ¿Hace más daño físico o de comportamiento a nivel de complejos?   

Tener obesidad hace daño en ambos sentidos.

 A nivel físico puede afectar el sistema cardio vascular, al digestivo, al locomotor y a otros muchos. Y a nivel psicológico lo hace a nivel de imagen por toda esa presión que hemos recibido, esa sensación de no conseguir nunca los objetivos de peso que cada uno se marca, o sea, un sufrimiento de fondo que lleva a la persona que lo padece a sentirse menos valida, e incluso a que se boicotee y se sienta peor.

¿Por qué es más difícil perder kilos a medida que se cumplen años?

Es una combinación de varios factores. Para empezar, el metabolismo se ralentiza, el cuerpo va quemando menos calorías en reposo debido a la disminución natural de la masa corporal. También afectan los cambios hormonales con la reducción de estrógenos, y la menor actividad física (por eso es importante introducir ejercicios de fuerza), y además hay un  menor gasto energético.

Otro cambio importante es el de los patrones del sueño. Con los años vamos durmiendo peor, y se ha comprobado que  esta alteración presenta un impacto sobre la pérdida de peso. Cuando dormimos peor tenemos más  hambre y comemos más.

La obsesión por adelgazar ¿Puede convertirse en un freno para hacerlo?

Efectivamente es una de las grandes resistencias que se producen. Yo siempre pongo un ejemplo: cuando nos planteamos perder peso, el sistema que solemos utilizar es la restricción, el control. Y basta que algo se prohíba para que la mente piense prioritariamente en ello y lo desee aun más. O sea, lo magnifica.

¿Qué son los neurotransmisores y cuál es su papel en el tema de los kilos?

Son unas sustancias químicas  que actúan como mensajeros del sistema nervioso. Su función principal es la de transmitir señales entre neuronas, o entre ellas y los tejidos del cuerpo. A nivel del peso corporal, regulan el apetito y la saciedad. La serotonina es el gran neurotransmisor relacionado con la sensación de bienestar y de saciedad. Por eso es importante mantener sus niveles para evitar el deseo de consumir alimentos ricos en azucares. También la dopamina está involucrada en el sistema de recompensa del cerebro y buscamos placer a través de la comida. Y el Gaba, que ayuda a reducir el estrés y la ansiedad porque regula la excitabilidad cerebral.

Dietas si, o dietas no ¿Por qué?

Pues depende. Dietas no en la forma en la que nos han enseñado a hacerlas. desde la restricción, desde el control. la prohibición y la presión. Se ha visto que este modelo a largo plazo no funciona. De ahí la importancia de introducir la alimentación consciente, el hecho de volver a reconciliarnos con la comida. De volver a escuchar al cuerpo, su sentir, las sensaciones que nos manda porque es muy sabio.

Por lo tanto una vez que aprendemos a conocer nuestras necesidades reales, nos resultara más fácil y mas liberador cuidarnos desde la responsabilidad y desde saber ajustar las cantidades precisas.

¿Y qué hacer cuando –respecto a la comida- se ha caído en la tentación?, es decir en ingerir lo que no se debería

En ese caso lo mejor es pedir ayuda, porque los hábitos negativos en un primer momento son muy gratificantes, dejan una recompensa inmediata, pero luego se paga un precio por ello. Y el  reconducirse a unos hábitos mas saludables, al principio  no ofrece gratificación y si por el contrario una resistencia. Pero a largo plazo no se paga un precio por ello y la recompensa fisiológica y psicológica es mucho mayor.

Los complementos  “anti kilos” ¿Son eficaces o una muleta que a posteriori colabora al efecto “yoyo”?

La ayuda en la pérdida de peso es fundamental. Es una muleta, una pata más del proceso, aunque no la única.

También hay que reforzar todo el aspecto nutricional y el aspecto psicológico de hábitos de vida. Pero  una suplementacion elegida de la manera adecuada, y de máxima calidad no tiene porque provocar un efecto “yoyo”.

Pues hablando de ayudas y suplementaciones ¿Podría recomendarnos alguna?

Es más que posible encontrar en la suplementación herramientas que nos ayuden a conseguir este cambio definitivo en nuestra conducta alimentaria, no solo limitando el hambre sino con una acción integral; desde regular nuestro microbiota hasta facilitar el equilibrio emocional y activar la combustión de las grasas, que es definitiva de lo que se trata. En este sentido, Control 3 de Luxmetique es un programa que, en tres sencillos pasos, nos ayuda a conseguir el  objetivo.