Entrevista

El intestino es nuestro segundo cerebro

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Entrevista a la doctora Amaya Manrique, directora del área de Medicina Integrativa y nutrición de The Beauty Concept 

La doctora Amaya Manrique, directora del área de Medicina Integrativa y nutrición de The Beauty Concept, (Servicios de estética, nutrición, belleza capilar y medicina estética con garantías científicas), trabaja basándose en una comprensión integral de la salud y la belleza, promoviendo la importancia de un cuidado “más allá de lo visible”. Su investigación del tema la ha llevado a mantener que nuestro intestino no solo es responsable de la digestión, sino que actúa como un centro de control para la salud emocional y mental.

¿Qué quiere decir con “Mas allá de lo visible Dra. A que se refiere”?

A que vivimos en un mundo que ha evolucionado a una velocidad imposible de seguir. Nuestros cuerpos no están acostumbrados a los pesticidas, micro y nanoplásticos, la contaminación lumínica, ambiental y sonora entre otros mil factores, que  someten al cuerpo y, sobre todo al sistema nervioso central, a un enorme estrés. La neuro inflamación cambia nuestra calidad de vida. Hoy sabemos que el intestino es el segundo cerebro del cuerpo”,

¿Somos pues más conscientes de que  cerebro e intestino se encuentran muy relacionados?

Creo que sí. Hasta el punto de que  se le puede denominar, al intestino, como segundo cerebro porque está compuesto por más de 100 millones de neuronas, creando así un propio sistema nervioso independiente llamado “sistema nervioso entérico”, que no solo regula las funciones digestivas, sino que también interactúa directamente con el cerebro, influenciando emociones, comportamiento y salud general. Y tenemos un eje que conecta de manera bidireccional el sistema nervioso central, el intestino, el sistema inmune y el sistema endocrino.  El desequilibrio de cualquiera de ellos tendrá también efecto en los otros tres.

Y ese sistema nervioso entérico ¿Controla todas las actividades del intestino?, es decir, desde la digestión hasta los movimientos intestinales.

Sí pero aunque está conectado al cerebro a través del nervio vago, puede funcionar de manera autónoma. Esto significa que el intestino puede tomar “decisiones” independientes, como ajustar la velocidad de la digestión o responder a estímulos externos (como el estrés) sin intervención directa del cerebro.

¿Qué son los Neurotransmisores?

Unas moléculas esenciales que produce el  intestino para el funcionamiento cerebral entre las que se incluyen la Serotonina, denominada hormona de la felicidad (aproximadamente el 90% de la serotonina del cuerpo se produce en el intestino, por lo que los problemas intestinales pueden afectar el bienestar emocional). Dopamina y Gaba, dos moléculas que influyen en el placer y en la calma, por lo que una inflamación intestinal puede llevar a una peor gestión emocional y del estrés.

O sea ¿La  neuro inflamación es un desequilibrio desestabilizador?

Si, yo aludía a una inflamación de bajo grado que afecta al sistema nervioso central (cerebro) y por consiguiente a los cuatro sistemas conectados.  Y  unida a la posterior inflamación sistémica genera trastornos como el intestino irritable, dispepsias, hinchazones abdominales ‘sin motivo’, fatigas, migrañas, bruxismo…

Y de que manera se comunican cerebro e intestino?

Están conectados y en comunicación constante gracias al nervio vago, que se origina en el tronco cerebral, cruza el pecho y llega hasta el abdomen. Esto permite que el cerebro afecte el intestino. Se percibe en cómo se altera la salud intestinal cuando se producen picos de estrés. Además, cuando hay una inflamación intestinal, un aumento de la permeabilidad disbiosis de la microbiota, el intestino envía señales y sustancias al cerebro que afectan a nuestro estado ánimo o claridad mental

¿Es el microbioma intestinal un regulador cerebral?

El intestino alberga trillones de bacterias como lo son las que forman el microbiota, que desempeñan un papel crítico en la comunicación con el cerebro. Producen metabolitos y neurotransmisores que le afectan y además regulan su inflamación y la del cuerpo. Eso puede influir en trastornos como ansiedad y depresión. Finalmente, ayudan a mantener la integridad de la barrera intestinal, evitando que sustancias nocivas entren a la sangre y afecten el sistema nervioso.

Intestino irritable, dispepsias, hinchazones abdominales ‘sin motivo’, fatigas, migrañas, bruxismo, esos problemas que usted tiene tan en cuenta, se dice que en ocasiones llevan a los pacientes  a la desesperación  y a visitar medico tras medico ¿Son lo que se conoce como  Síndrome de Sensibilidad Central? ¿Cómo hay que tratarlo?

Con una nutrición totalmente personalizada, basada en parámetros analíticos específicos que aportan soluciones reales a este tipo de problemas.  Cada consejo, alimento, menú o dieta que prescribimos en consulta es totalmente individualizado y basado en las necesidades metabólicas, en los niveles inflamatorios, en los estados hormonales y en el  estilo de vida de los pacientes, entre otros factores, para conseguir trabajar a favor de nuestro cuerpo y no en contra.

¿Añadiría usted una reflexión final?

 Que el intestino no solo es responsable de la digestión, sino que actúa como un centro de control para nuestra salud emocional y mental. Su conexión directa con el cerebro, la producción de neurotransmisores y su independencia como sistema nervioso lo convierten en un verdadero “segundo cerebro”. Esto explica por qué cuidar del intestino tiene efectos tan profundos en cómo pensamos, sentimos y vivimos.

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